Se ve todo mucho más claro desde ésta perspectiva, después de unos días de resolver los planes más insospechados. Lo hemos conseguido con sobresaliente (esto sí, claro..).
He disfrutado un montón con todas las cosas que han ido apareciendo, primero playa..
Luego aprender cosas que jamás pensamos que podíamos hacer, aprender que poco a poco, con paciencia y trabajando se puede conseguir un buen avance en casi todo.
Por último, y para acabar con esta tanda, un paseo, un poquito de ejercicio por el campito. Este día campamentero al máximo, con su cena a la luz del lumogas, con su dormir a la intemperie, y con su desayuno y andadura al día siguiente me ha encantado. Era necesario volver a recordar el sonido de la tierra seca bajo las zapatillas (del que las tenía), recordar también que las chicharras y los grillos se turnan para ambientar el silencio natural.
Faltan muchas fotos y muchas personas, ¡pero no cabían todas!
¿Y tu qué? ¿Te apuntas a la próxima aventura?
2 comentarios:
Hombre, yo me apuntaría... claro... si supiera que hacéis aventuras...
Yo como mucho, piscinas con enanos. Y fiestas a las que no asistís... jo.
Yo repito cuando sea!
Aunque esta vez paso de to y me quedo a dormir, demonios!
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