miércoles, 3 de noviembre de 2010

Me gustaría que entendieras.


Tengo comunicaciones sencillas, diarias, perdidas irremediablemente en los bloques de aire que nos separan. Tesoros que se quedaron otros y no llegaron al destino.

Es como volver de pronto a ser recién nacido, a tener un lenguaje que los demás no saben interpretar, a vivir a expensas de cómo ellos comprendan estos gestos que son lo único que ahora produzco.

Y no es fácil.

Me gustaría que un día entendieras, que a veces me convierto en cactus, cubierto de espinas, sentado en espinas. Un cactus que grita hacia dentro.

Me gustaría que supieras que aún no sé predecir cuándo va a suceder esta conversión, pero pronto lo sabré y podré estabilizarla. No puedo seguir así, tengo que deshacerme de ellas. Las espinas no sólo duelen a los de fuera, también se van clavando hacia dentro.

7 comentarios:

Iris dijo...

Es precioso, muy profundo y delicado, y la foto increíble como sueles...

Bahú bamba Lelë dijo...

Por otra parte las espinas nos mantienen intactos!

Flor de Sueño dijo...

intactos es lo mismo que separados del resto del mundo?? ;)

Anónimo dijo...

¡Me encantó el título!( y el resto)
Kaila

Ingrávida dijo...

pero es que todos tenemos espinas. Y no está en eso también la magia? en ir conociendo las espinas de los demás y así llegar al cactus?

preciosa analogía, cristina.

José L. dijo...

Leelo de nuevo ahora.


Solo tengo que decir.. que las espinas ahora mismo, sobre todo hacen daño a uno mismo, que es más importante para sí, que el resto del mundo.

tq nena!

ale dijo...

Te quiero un poco, lo suficiente, un poco más de lo que crees, así que me duelen tus espinas si te haces daño.

Te dejo un enlace de cuando me pinche yo solo...


http://trampajaros.blogspot.com/2008/11/del-caos-al-cosmos-en-10-pasos.html