Algún día fuí así (más o menos) y me acuerdo.
Recuerdo esa forma de mirar, estudiando lo que veía sin miedo. Este fin de semana, pienso volver a sentirme niña, y qué mejor manera que con la gente que me conoce desde entonces.
Tener una familia grande es algo de lo que sentirse orgullosa.
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4 comentarios:
Hoy estaba desayunando en una cafeteria cuando un abuelo se me ha acercado a darme conversación.
Ambos estábamos sólos y aunque nos separaban 60 años de vivencias hemos charlado un rato.
"Es extraño-me ha dicho después de contarme cosas sobe su pueblo y su familia-no me acuerdo de por qué crucé la calle pero recuerdo con nitidez cuando me cagaba encima de niño"
Y eso me ha hecho sonreir... y sé que tú también hubieras sonreido.
besos!!
Qué guay, seguro me hubiera gustado. Este fin de semana en Castril también hemos charlado con abuelicos de estos de los que nos gustan :D
oooh, y que bien se pasa siendo niña como grande!
El equilibrio entre pasodo presente y futuro es el quit de la custión.
No lo digo yo, lo dice Philip Zimbardo.
Jijijij, un besico.
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