Pamplina número 33.

En un tiempo ya lejano, ocurrió en lo más profundo de la India que un nutrido grupo de sabios encerró cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.

Se colocaron todos en el más absoluto silencio alrededor de la jaula y observaron.

Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los ancianos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos. Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas, y los sabios tomaban notas en sus pergaminos.

Entonces, decidieron sustituir uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Los hombres asintieron, afectados.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido. Los sabios quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Atusándose las largas barbas los ancianos se retiraron a reflexionar, entre almohadones y manjares, uno de ellos hablaba así:

- Si fuese posible preguntarles por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No se, las cosas siempre se han hecho así, aquí..."

Hoy quería colocar ésta pamplina en alguna de las baldas, menos mal que encontré éste huequito.

¿Os suena ésta historia? ¿Os sentís identificados?