Toulouse Lautrec. La Troupe.


A principios de los años 90 un artista llamado Tom Stanford ojea antiguas fotografías en un anticuario y descubre un daguerrotipo que le resulta vagamente familiar. Lo compra por un dólar y se lo lleva a su casa. Una vez allí, y tras un concienzudo análisis de la fotografía, llega a la conclusión de que se trata del mismísimo Van Gogh. Los datos concuerdan; el retrato es obra del fotógrafo Víctor Morin, que se dedicó a tomar fotografías de clérigos locales de Bruselas hacia 1886. Sin embargo, a la pregunta de si Van Gogh pudo pintar su autorretrato a raíz de de esta supuesta fotografía, el Museo Van Gogh de Ámsterdam tiene una clara respuesta: NO.

Tal y como explica el profesor González García, los progresivos avances técnicos del medio, el abaratamiento y el lanzamiento comercial de la cámara Kodak, facilitaron que muchos pintores se dedicaran a la fotografía como aficionados, sin abandonar la pintura. Y en este aspecto Edgar Degas fue un auténtico pionero dada su obsesión por la fotografía.
La siguiente imagen muestra a dos de sus amigos, nada menos que el poeta Stepháne Mallarmé y al pintor Auguste Renoir, posando juntos para Degas. En el espejo, como un fantasma velazqueño, podemos distinguir a Degas y su cámara, además de la esposa y la hija de Mallarmé. Según explicó el poeta Paul Valery, la fotografía precisó “nueve lámparas de aceite... y un terrible cuarto de hora de inmovilidad por parte de los protagonistas".
En octubre de 1895, Julie Manet anota en su diario: “El señor Degas sólo piensa en la fotografía. Nos ha invitado a todos a cenar con él la semana que viene, y va a retratarnos con luz artificial”. En efecto, a la hora de realizar una fotografía, Degas se convertía en un auténtico perfeccionista, ordenando a sus invitados que adoptaran tal o cual postura o que miraran a la cámara en determinada actitud. “En momentos como aquél, - explicaba un testigo de aquellas sesiones – sus amigos siempre se referían a él con auténtico terror. Si le invita para una velada, ya sabe lo que puede esperar: dos horas de obediencia militar”.

Podéis ver el artículo completo en: http://fogonazos.blogspot.com/2006/11/baile-de-sombras_06.html
1 comentario:
:) es chulísima esta última foto.. menos mal que ahora no hacen falta 15 minutos de quietismo para hacer una foto.. si no imaginate aquella que les hicimos a las perras.. :P
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