Sobreviviendo.

Siempre me ha costado mucho buscar un cabo en el ovillo de lana para empezar a deshacer la madeja. Sin embargo últimamente corren en mi más las palabras que la mente, y mis miserias desfilan entre tus oídos sin barreras. Mantengo siempre la esperanza de que me sigas queriendo, esa es la razón fundamental de que no retenga a estas ovejas en su rebaño.

Hoy me siento un poco a tu merced. Quizás también un poco llena de pelusas, de bulanicos. Bulanicos que todos los personajes que te forman van cazando a su paso. Gracias.